Se trata de una prenda muy de tendencia, utilizada originariamente como complemento de abrigo masculino pero con los años ha ido evolucionando hasta convertirse en una pieza fundamental en los estilismos femeninos. Sobria y elegante a partes iguales y con un plus de sofisticación.
Un vestido corto de fiesta en color verde agua con adorno de pedrería negra y dorada al cuello, perfecto para subir el tono en esta época del año.
Otros complementos que pueden añadir son: un bolso de mano, un elegante tocado o una diadema y unas sandalias de tacón.
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